Es colectivamente contrapuesta a la actitud práctica, que sólo se interesa por la utilidad del objeto en cuestión. La forma estética de observar, es también extraña a la forma personalizada de hacerlo, en la que el observador, en vez de contemplar el objeto estético para captar lo que le ofrece, considera la relación de dicho objeto hacia él.
La estética de Aristóteles se encuentra de forma permanente diluida en toda su obra, por lo cual toda la doctrina aristotélica de las artes, no es una metafísica, sino una era técnica, una reducción naturalista. Un modo algo menos confuso de describir la experiencia estética, es hacerlo en términos de relaciones internas versus externas.
Dentro del campo de los sentidos, no han faltado intentos de reducir el área de la atención estética por medio de la modalidad sensorial; sobre todo, de incluir la vista y el oído como aceptables, y de excluir el olfato, el gusto y el tacto23como inaceptables para la atención estética Podemos gozar de sabores y olores exactamente lo mismo que de imágenes y sonidos; por sí mismos o, si se prefiere, por el goce que nos procuran, la Manifestación estética que se comunica, que se transmite a través de los medios expresivos (colores, formas, sonidos, palabras, etc.). Pero no toda expresión es belleza sino solamente “la expresión lograda” es decir la expresión perfecta pues si no es perfecta no es expresión lograda y por lo tanto, no es belleza. Esta doctrina tiene un concepto restringido de lo bello, pues solo es aplicable a la belleza de las obras artísticas
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